La campaña electoral llega a su fin y muchos tienen la sensación de que fue una etapa diferente a las demás, con una tonalidad más baja al punto de que no se sintiera tanto ese ambiente electivo. Pero el político, escritor, periodista e hijo del caudillo Wilson Ferreira Aldunate, Juan Raúl Ferreira, no lo ve así. Diario La R compartió un momento de intercambio en la casa del militante donde hablamos del legado wilsonista, su cambio de militancia y la fuerza que tomó en esta última campaña el Frente Amplio (FA).
“Mi primera militancia fue a los 13 años y hoy siento que no conozco un antecedente en mi vida, de una campaña electoral donde haya vivido un cara a cara con la realidad del país como en esta. Estoy muy cansado pero fue una experiencia formidable” expresó emocionado. Ferreira reflexiona que “a la gente ya no le vendes el tranvía de que tiene que ir con la banderita a aplaudir a un acto, con el candidato a la distancia, desde la tribuna y donde la gente se limita a participar aplaudiendo. Eso se sigue dando, pero la gente hoy quiere proximidad con los referentes políticos, le gusta ser y sentirse escuchada”, agregando que eso el FA “lo entendió a partir de algunas autocríticas que hizo, además que la candidatura de Yamandú tiene mucho que ver con cómo es él”.
Con giras que duran todo el día, recorren varias localidades de un departamento, conociendo cómo viven los grandes temas nacionales en los que se basaron las propuestas los dos candidatos. “En Vergara un señor me dice: qué revolución educativa, si acá no tenemos un profesor de matemáticas en el liceo” recordó, entre otras tantas historias que se le vienen a la cabeza gracias al acercamiento con la población, a través de escuchar la experiencia de cada localidad y de cada persona.
Exilio y legado wilsonista
Ferreira quiso sincerarse respecto a su experiencia en el exilio y nos expresó que “obviamente después del exilio vivir cada instancia de la democracia reconquistada es muy gratificante. Pero además, me di cuenta de viejo, que si bien viví el exilio muy joven, con cosas muy dramáticas y dolorosas que me marcaron, tuve el privilegio de vivir experiencias y de tener la posibilidad de estar junto a mi padre y/o trabajar con él, donde tuve mucho aprendizaje y generé contactos maravillosos”.
Nos mostró varias fotos y cartas, que tiene colgadas en su oficina, mientras nos contaba varias experiencias, para al final concluir con los ojos llorosos que “fue un exilio lleno de tragedia, pero que siempre venía de la mano de la solidaridad y ahora de viejo, recuerdo esa solidaridad y me da mucha fuerza y gratitud a la vida”.
Consultado por el legado de su padre, reflexiona que “el mundo ha cambiado mucho entonces y sería incorrecto que yo hablara de las propuestas programáticas” ejemplificando que la reforma agraria de Wilson en la década de los 60 hoy no tiene vigencia en el Uruguay que vivimos. Pero acota “sí la concepción, la motivación y el rumbo que él quería para el país”. En ese sentido aclaró “no me gusta hacerlo opinar sobre un tiempo en el que no está, ni sobre temas sobre los que no conozco su opinión”. Sin embargo tiene en clara “la concepción de que lo importante es la gente más desposeída y más vulnerable” y aquella frase que solía decir de “producimos alimentos para 30 millones de personas, si no podemos alimentar a tres millones, somos unos criminales”.
Ferreira entiende que esa es una manera de ver la realidad y que ahora parece que lo “único que importa es exportar más y más y si muere un niño de hambre en el Uruguay contemporáneo, no nos alertamos”. Además, habló de que la “obsesión” que ahora parece tener el Partido Nacional con el Frente Amplio, “es totalmente ajena a la actitud que tenía Wilson”, cuestionando cuándo el partido había hecho un acuerdo con el Partido Colorado y recordando que sin embargo, con el Frente Amplio sí se hacía. “¿Cuántas veces levantaron juntos las manos el Frente Amplio y el Wilsonismo y en contra del voto del Partido Colorado?” expresó.
El manto del olvido que puso el Partido Nacional
“El Partido Nacional quiere poner un manto de olvido, pero yo recuerdo que mi padre le envió al general Liber Seregni, el primer libro que escribí con una dedicatoria que decía: Para Liber Seregni, general del pueblo, por lo tanto mi general, su amigo Wilson Ferreira”, recordó y cuestionó “¿por qué el Partido Nacional excluye aquello que ocurrió en el Partido Nacional?”.
Si bien antes militaba en las filas del Partido Nacional y ahora lo hace desde la otra esquina, en el Frente Amplio, esta nueva etapa lo hizo ver la cantidad de personas wilsonistas que se pasaron igual a él y que “hoy encuentran en el Frente Amplio el lugar que no encontraron en el Partido Nacional”. Concluyendo que “lo único que pido es que me respeten”.
Ferreira nos sinceró que se fue “enfriando” en la militancia dentro del Partido Nacional, donde poco a poco el partido lo fue excluyendo. “Tengo la política metida en la sangre y hubo épocas donde ejercí mi profesión en relaciones internacionales, pero yo quería estar en este ámbito. El partido me excluyó de toda posible participación en política y yo no tenía espacio”. Al mismo tiempo empezó a ver que “las viejas banderas del Wilsonismo ya no se usaban en el Partido Nacional y el llamado Herrerismo había copado el partido”. Después hubo una segunda etapa donde se “izaron las banderas de todo aquel que combatió a Wilson”.
“Esta concepción de que el gasto público es el que mide la felicidad de la República, no tiene nada que ver con discursos de él”, entendiendo que “del Wilsonismo no queda nada en el Partido Nacional”. Recordando que en su momento Jorge Gandini intentó revivir su concepción y “terminó perdiendo sus bancas parlamentarias”. Entonces, desde su punto de vista, reitera que “la realidad habla por sí sola. No hay espacios dentro del Partido Nacional para el Wilsonismo”.
“Si creyera que mi padre no estaría satisfecho, no lo hubiera hecho” respondió ante la consulta de qué siente qué pensaría su padre ante su cambio de partido. Por el contrario, expresa que “mi viejo no me perdonaría que yo hiciera algo que no me deja tranquilo con mi conciencia”. En este marco informó que su hijo milita en el Partido Nacional y “lejos de alejarnos en la relación padre e hijo e incluso en la dosis de contenido político que tiene esa relación, nos ha acercado mucho”.
“Yo hice lo que hice porque siento que más allá de respetar mi decisión, él no estaría cómodo si me hubiera a mí después de todo lo que compartí con él en este partido nacional” concluyó.
Una campaña ganada por el FA
Finalizando realizó un balance de la postura del Frente Amplio en estas elecciones con respecto a las del 2019 y destacó, que más allá de que las encuestas dan números a su favor “hay una cosa de entusiasmo que después termina repercutiendo en el embrión final de la militancia, que inciden en los indecisos”. Después de esta campaña electoral que describe como las “más extenuante de mi vida”, se creó “una vibra que no había al inicio de la campaña electoral ni al final de la primera vuelta”. Además expresó que considera importante entender que más allá de cuál sea el resultado electoral “va a cambiar el país para siempre porque hay que mirar dónde están los votos para entender al país”.
“Ahora hay mayorías frenteamplistas en casi todos los departamentos, sobre todo en las zonas rurales. Esto cambia la realidad del país y el funcionamiento, hasta el tipo de acuerdos y consensos que va a haber que buscar. Tenemos que erradicar ese anti frentismo que hay en el Partido Nacional porque necesitamos acordar cosas”.