Dos explosiones registradas hacia las seis y cuarto de la madrugada del sábado en la entrada de un bloque de viviendas de un barrio al norte de La Haya han causado al menos cuatro muertos y tres heridos. Según los bomberos, cinco de los pisos del complejo se han visto afectados y ha sido necesario evacuar a otros 40 para evitar accidentes. La policía investiga si un coche quemado cerca del edificio y otro al que los vecinos dicen haber visto huir están relacionados con el siniestro. El Ayuntamiento ha advertido de que puede haber más víctimas mortales y que las labores de rescate se extenderán, previsiblemente, durante toda la noche.
Los rescatistas han tenido que sofocar el incendio que se ha desatado después del estallido para poder acceder al lugar, de donde han evacuado a un superviviente. El alcalde de La Haya, Jan van Zanen, ha explicado en una rueda de prensa que hubo “una explosión grande y otra pequeña”, sin especificar en qué orden sucedieron. “Ya no se trata de una operación de rescate, sino de salvamento, y tememos lo peor. […] La posibilidad de encontrar a alguien con vida es muy pequeña”, ha lamentado. Los expertos policiales habían señalado poco antes que no esperaban encontrar supervivientes. “No voy a especular cuánta gente puede haber en función de los metros cuadrados de cada casa. Hay que esperar”, ha dicho el regidor.
La Unidad de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR, en sus siglas neerlandesas) se ocupa de esta tarea. Van Zanen se ha pronunciado en los mismos términos sobre las pesquisas acerca de los dos coches. “Están en marcha”.
Los agentes han pedido su colaboración a las personas que vieron un vehículo alejarse a toda velocidad después de la explosión. También les gustaría tener las imágenes que se hayan podido grabar. Otro automóvil que estaba a varios metros del edificio se incendió, pero varios coches que se encontraban aparcados más cerca no sufrieron desperfectos. Los agentes están investigando también ese extremo.
“Sonó como un cohete. Parecía un ataque”, ha dicho un vecino que reside enfrente del complejo afectado. En los bajos del edificio había varios comercios, entre ellos un café y un taller de vestidos de novia. Encima estaban los pisos habitados. Ahí hay ahora un inmueble parcialmente derrumbado y lleno de escombros. Los bomberos llevan desde el mediodía retirándolos poco a poco para poder entrar con perros adiestrados en la búsqueda de cadáveres. El peligro de hundimiento ralentiza a su vez su trabajo.
El primer ministro, Dick Schoof, se ha solidarizado con los damnificados a través de un mensaje en su cuenta de X. Ha dicho que está “consternado por las terribles imágenes de un piso derrumbado en La Haya”. Añade que sus pensamientos “están con las víctimas, con todos los involucrados y con los servicios de emergencia que trabajan ahora en el lugar de los hechos”. Los reyes, Guillermo y Máxima, también han respaldado a los afectados a través de la misma red. “Nuestros corazones están con todos [los afectados] y con los servicios de emergencia, que están plenamente entregados a las labores de rescate”, reza la cuenta oficial de la Casa Real neerlandesa. Las tareas de búsqueda seguirán durante la noche y el Servicio nacional de Atención a Víctimas ha ampliado su horario de atención y permanecerá abierto durante el fin de semana.