En California, el viento, a la espera de revivir, concede un breve respiro, mientras crece la ira y la polémica entre los californianos por la gestión de la emergencia de incendios.
Son cinco los incendios principales activos, que han matado hasta ahora al menos a 11 personas, destruido más de 10 mil edificios, incluidas miles de casas de gente común, así como las villas de personalidades importantes, y han convertido en humo 15.000 hectáreas de tierra, una superficie que ayer se estimó igual a la superficie de San Francisco, causando al menos 150 mil millones de dólares en daños y creó lo que Joe Biden llamó un “escenario de guerra”.
El presidente saliente afirmó que “demasiados demagogos” intentan aprovechar las dificultades y la desinformación rampante, que también alimenta las teorías conspirativas.
El gobernador del estado, Gavin Newsom, que se ha convertido en un objetivo de los republicanos y del presidente electo Donald Trump, ha ordenado una investigación, “una investigación independiente y exhaustiva” sobre la escasez de agua que ha dejado fuera de servicio muchos hidrantes, especialmente en las primeras y decisivas horas de los fuegos forestales.
Un problema “profundamente alarmante”, escribió Newsom en una carta abierta: “Necesitamos respuestas sobre por qué sucedió esto”.
La jefa de bomberos, Kristin Crowley, dijo a la estación de Fox News KTTV que “todavía hay falta de personal, recursos y financiación”.
Pero también aumenta la controversia por las falsas y engañosas alarmas iniciales.
El toque de queda está en vigor desde el anochecer en todas las zonas despejadas para evitar saqueos y actos de pillaje, que ya se han producido en gran número: “Si los encontramos en esas zonas, pueden ser detenidos y recibir hasta seis meses de cárcel”, dijo Jim McDonnell, jefe del Departamento de Policía de Los Angeles.
En medio de la tragedia el Papa expresó su solidaridad.
“Entristecido por la pérdida de vidas humanas y la destrucción generalizada causada por los incendios cerca de Los Ángeles”, el Papa asegura su “cercanía espiritual a las comunidades afectadas por esta tragedia”.
Así lo afirma un telegrama firmado por el secretario de Estado Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, al arzobispo de la ciudad estadounidense, monseñor José Gómez.
Irán optó por otra postura. “Las sombrías imágenes que llegan desde California recuerdan las casas, escuelas y hospitales devastados en Gaza”, dijo en X el vicepresidente iraní, Mohammad Javad Zarif, refiriéndose a los incendios.
“Es humano sentir simpatía por los californianos que lo han perdido todo por la furia de la naturaleza, especialmente porque muchos allí estaban del lado de los habitantes de Gaza, que lo han perdido todo por la ferocidad de Israel”, añadió Zarif.