En un contexto de alta conflictividad política y masivas manifestaciones nacionales e internacionales, este viernes se llevó a cabo la toma de posesión presidencial en Venezuela. Nicolás Maduro, juró como presidente por tercera vez en una ceremonia marcada por el respaldo de las instituciones alineadas a su régimen, mientras la oposición y gran parte de la comunidad internacional continúan rechazando la legitimidad de su mandato y lo tildan de dictador.
La ceremonia se llevó a cabo en el Palacio Federal Legislativo, con la presencia de los altos mandos del gobierno y dignatarios internacionales. Maduro juró frente al presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, quien lo proclamó como “presidente constitucional reelecto por el pueblo soberano”. Durante su discurso, Maduro declaró que este nuevo periodo sería “el periodo de la paz, la igualdad y la nueva democracia”. Sin embargo, estas palabras contrastan con el ambiente en las calles del país.
Las horas previas a la posesión estuvieron marcadas por marchas multitudinarias en varias ciudades, en las que ciudadanos exigieron un cambio de rumbo y denunciaron el deterioro social y económico del país. La jornada estuvo cargada de tensión, especialmente después de la detención temporal de la líder opositora María Corina Machado, quien fue liberada horas después.
Mientras tanto, Edmundo González Urrutia, reconocido como mandatario electo por una amplia fracción de la comunidad internacional, anunció desde su gira por América su inminente regreso a Venezuela. González prometió asumir formalmente el liderazgo del Ejecutivo y continuar con su lucha por la restauración de la democracia en el país.
La ceremonia de Maduro también estuvo rodeada por estrictas medidas de seguridad. La presencia policial y militar fue reforzada en el Palacio Federal Legislativo y en diversos puntos de Caracas. Las calles de la capital mostraron un contraste evidente entre la pompa oficialista y el descontento popular que se ha intensificado en las últimas semanas.