En 2015 y 2019, Minas Gerais sufrió los dos mayores crímenes ambientales de la historia de Brasil, ambos causados por derrames de desechos mineros. Foto: Brasil de Fato
28 de noviembre de 2024 Hora: 16:27
En el suroeste de Brasil, un megaproyecto de extracción de tierras raras está despertando profundas preocupaciones entre las comunidades locales. El ambicioso plan de explotar 17 minerales críticos para la producción de baterías de vehículos eléctricos amenaza con repetir los errores históricos de intervención industrial en la región.
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La zona, ubicada en el sur de Minas Gerais, ya ha sido escenario de intervenciones extractivas controversiales. En la década de los 80, una promesa de revolución energética mediante la extracción de uranio cautivó a la región volcánica de Caldas. Trece años después, la planta fue desactivada por razones económicas, dejando tras de sí toneladas de desechos radioactivos en diques.
El proyecto actual contempla una extensión de pozos que duplicaría el tamaño de la ciudad de Buenos Aires. A diferencia de la minería convencional, esta extracción requiere menor profundidad pero largas extensiones horizontales.
Los agricultores locales expresan temores concretos. Marcelo Duarte, empresario y agricultor, advierte: «¿Cuál es el impacto que tendremos? Acabarán con las nacientes de agua. Van a morir y, muriendo las nacientes, morirá el agua.»
La comunidad indígena Kirikiri, ubicada cerca del epicentro de la explotación, comparte estas inquietudes. Carliusa Ramos, integrante de la comunidad, pregunta: «Si contaminan el agua, ¿cómo haremos? ¿Cómo vamos a usarla? ¿Cómo vamos a vivir?»
Antecedentes de Desastre Ambiental
Minas Gerais no es ajena a los desastres mineros. En 2015 y 2019, la región sufrió los dos mayores crímenes ambientales de la historia de Brasil, ambos causados por derrames de desechos mineros.
Las empresas australianas Meteoric Resources y Viridis Mining and Minerals Limited, ambas de pequeño porte, están detrás de este megaproyecto. Durante una audiencia pública, la comunidad mostró su escepticismo.
Tadeu de Oliveira, habitante de Andradas, manifestó: «Esos agujeros que hay en el proyecto deben ser esclarecidos. Nuevamente en nuestra región se vuelve laboratorio.»
La reciente Conferencia del Clima en Azerbayán no logró un consenso para eliminar la quema de combustibles fósiles. Mientras tanto, los territorios considerados de «sacrificio» para la transición energética ponen en riesgo a las comunidades y sus derechos ambientales.
A pesar del panorama ambiental crítico, la lógica capitalista no prevé una desaceleración en los niveles de consumo y producción, sino todo lo contrario. La búsqueda de energías «limpias» continúa generando impactos profundos en las comunidades locales.
Autor: teleSUR – Ignacio Lemus
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