Este día busca destacar la rica herencia cultural africana y de la diáspora, promoviendo valores de respeto, diálogo y desarrollo sostenible.
En una entrevista con Diario La R, Andrade resaltó la importancia de visibilizar el legado afrodescendiente y enfatizó que las políticas públicas y las acciones afirmativas son herramientas fundamentales para avanzar hacia una sociedad más equitativa. “La legislación local e internacional, las políticas públicas y acciones afirmativas nos permiten optimizar la lucha por la equidad racial”, afirmó. Sin embargo, también señaló que, aunque estas medidas son necesarias, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar una justicia social plena.
La Fiesta del Mar: un espacio de convivencia y reflexión
La celebración de Iemanjá, que cada 2 de febrero reúne a miles de personas en las playas uruguayas, fue destacada por Andrade como un ejemplo de cómo una práctica de origen afro puede trascender sus raíces rituales para convertirse en un evento cultural y popular. “La celebración Afroumbandista en homenaje a las Aguas es cada vez más un evento de expresión espontánea y masiva que ha trascendido su origen afro ritual”, explicó.
Para Andrade, la importancia del culto a Iemanjá radica no solo en su dimensión espiritual, sino también en su mensaje universal sobre la relevancia del agua como fuente de vida y supervivencia. “Ojalá vivamos esas jornadas con alegría y pensamiento positivo, para recibir e irradiar lo mejor que surge en cada persona cuando se nutre de solidaridad y empatía por sus semejantes”, expresó.
La activista destacó que este evento es un espacio donde convergen creyentes y no creyentes en un entorno natural, compartiendo valores de respeto y unidad. “La población de fe y quienes simplemente quieren disfrutar un evento multitudinario en las playas de mar y ríos comparten un espacio natural sin juicios de valor, donde la convocante es la Madre de las Grandes Aguas, símbolo de libertad de espíritu y plenitud de la existencia”, explicó.
Un legado ancestral contra el prejuicio y el racismo
Andrade también hizo un llamado a combatir los prejuicios históricos que han vinculado las prácticas afrodescendientes con la brujería y la maldad, señalando que estos estigmas fueron estrategias coloniales para deslegitimar las costumbres africanas e indígenas. “Desde la colonización, se demonizó nuestra espiritualidad como una macabra forma de desprecio y racismo religioso”, afirmó, lamentando que estas ideas persistan en algunos sectores de la sociedad.
La activista destacó que el culto a Iemanjá y la religión umbanda representan un legado que llegó forzadamente a América a través del tráfico de esclavos, pero que hoy es una parte esencial de la identidad uruguaya. “Los ‘macumberos’ que poblamos las playas los 2 de febrero somos ciudadanía. Cuidemos esa herencia ancestral; hoy es parte sustancial de la macroidentidad uruguaya”, afirmó.
En este sentido, Andrade resaltó la contradicción de que la umbanda, una religión de origen afro e indígena, sea considerada de segunda categoría, pese a ser practicada mayoritariamente por personas blancas en Uruguay. “Es un fenómeno que se constata de la simple experiencia visual entre el público ofrendante o en cualquier templo, aunque estos permanezcan semi escondidos”, señaló.
La necesidad de respeto y libertad religiosa
Ante los crecientes episodios de intolerancia religiosa, Andrade recordó que la libertad de culto es un derecho humano básico y que debe ser protegido por el Estado. “La intolerancia y la violencia no tienen cabida en un mundo que valora la paz y la armonía entre diferentes culturas y creencias”, afirmó, subrayando que las comunidades de fe y los líderes religiosos deben trabajar juntos para promover la comprensión y el respeto mutuo.
“La sociedad debe unirse contra los actos de odio, promoviendo una cultura de diálogo y ponderación por las creencias de los demás. Solo a través de la comprensión y el respeto mutuos podremos aspirar a un mundo verdaderamente pacífico e inclusivo”, expresó la activista.
Hacia un reconocimiento pleno de la herencia afro
Andrade expresó su deseo de que la celebración de Iemanjá deje de ser vista únicamente como un fenómeno antropológico y sea reconocida como una manifestación cultural legítima dentro de la sociedad uruguaya. “Ansío el día en que la celebración de Iemanjá no sea meramente un ‘fenómeno’ antropológico y periodístico, sino una manifestación cultural más, como tantas tradiciones existen en nuestra sociedad, y que cada quien la viva desde el punto de vista que quiera, sea creyente o no, reconociendo sus orígenes afro”, manifestó.
Finalmente, la activista adelantó que se están realizando esfuerzos para erigir un monumento a Iemanjá en Punta del Este, como una forma de honrar a la Orixá Madre y su simbolismo. “Cuidemos Yemanjá, por eso estamos trabajando para lograr el monumento de la Orixá Madre en Punta del Este. Nos vemos en las playas”, concluyó, invitando a la población a participar en la Fiesta del Mar como un espacio de paz, convivencia y respeto hacia la naturaleza y la herencia afrodescendiente.