¿Vos, para dónde vas? ¿Te vas a ir para tu pueblo o para México otra vez?…
Más de uno salió de las instalaciones del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR) con la convicción de tomar el bus en la Central Metropolitana de Buses rumbo al occidente y la frontera para volver a emigrar, ayer mismo.
Mientras tanto, otros analizaban si volverían a su vieja normalidad o si paraban a comer un “pollo chuco” antes de decidir qué hacer.
En otro extremo, las mujeres que no pasaban de 30 años, se reían y hasta se escondían del asedio de los periodistas que querían escuchar sus historias.
Eran los migrantes que ayer volvieron deportados a Honduras en un vuelo procedente de México.
En total tocaron suelo hondureño en horas del mediodía 158 connacionales, de los cuales 83 son adultos y 48 menores de edad no acompañados, en su mayoría adolescentes y niños muy pequeños. Así como 27 unidades familiares integradas por padres e hijos.
Vuelos como el de ayer son habituales en el CAMR ubicado contiguo al aeropuerto internacional Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula.
Anteayer también llegó otro vuelo y cada semana reciben entre dos y tres con similar cantidad de personas.
Honduras dará un apoyo de $100, ración de alimentos y 1,000 dólares de capital semilla para iniciar a través de las cajas rurales y urbanas pequeños y medianos emprendimientos, así como programas de asistencia y empleo en seguridad y protección forestal.
La diferencia con el de ayer es que llegó en la víspera del arribo de cuatro vuelos procedentes de Estados Unidos que vendrán con compatriotas capturados por órdenes del presidente republicano Donald Trump y otros apresados en tiempos de Joe Biden.
De acuerdo con información oficial, Honduras recibirá este viernes a alrededor de 126 migrantes deportados desde Estados Unidos luego de ser detenidos en redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés).
Estos hondureños arribarán a bordo de dos aviones del Ejército estadounidense procedentes de Texas, confirmó el canciller Eduardo Enrique Reina.
Una de las aeronaves trasladará a 78 migrantes irregulares y otro a 48 hondureños, detalló Reina, quien señaló que el Gobierno trabaja en un protocolo para que estas personas no retornen en “condiciones indignas”.
El canciller precisó que el Gobierno hondureño ha propuesto a la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa la contratación de vuelos chárter para trasladar a migrantes irregulares.
En total serán más de 300 migrantes procedentes de EE UU en cuatro vuelos, dos chárter y dos militares.
“La petición no ha sido aceptada ni denegada por el gobierno de Estados Unidos”, subrayó Reina, quien enfatizó que el retorno de hondureños es un tema “humanitario” y no se puede “tener a la gente retenida en condiciones que son un poco complejas”.
Las autoridades migratorias estadounidenses han detenido en la primera semana del mandato de Donald Trump a al menos 2,382 inmigrantes indocumentados. También se han girado 1,797 órdenes de captura contra ciudadanos susceptibles de deportación. México es el país que más deportados ha recibido: 6,244 migrantes deportados.
El aterrizaje se llevará a cabo en el aeropuerto Ramón Villeda Morales, ubicado en La Lima, Cortés, hacia las 13:30 hora local (19:30 GMT), indicó el vicecanciller hondureño, Antonio García.
“Los migrantes fueron detenidos al momento de ingresar a Estados Unidos y en las redadas que han realizado en estas dos semanas”, explicó García.
Destacó que los migrantes serán recibidos por el canciller hondureño y otros altos funcionarios del Gobierno de Xiomara Castro, al tiempo que indicó que también se espera la llegada de dos vuelos más con hondureños.
Desde su campaña, el presidente estadounidense, Donald Trump, prometió una deportación masiva de inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos, un proceso que comenzó el día de su investidura.
El martes, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció la Estrategia Nacional de Emergencia para proteger a los migrantes deportados y reiteró su voluntad de mantener un “estrecho diálogo” con Estados Unidos.
La Estrategia Nacional de Emergencia contempla programas de acción para hondureños en situación migratoria irregular en Estados Unidos, así como para aquellos en tránsito y los que han sido retornados.
No obstante, los que llegaron ayer desde México salieron con las manos casi vacías y con lo poco que traían.
De los aviones un Hércules C-17 del Ejército de Estados Unidos que aterrizará con un grupo de migrantes hondureños a la 1:30 pm en el aeropuerto Ramón Villeda Morales.
El anunciado programa “Hermano, vuelve a casa” que contempla un bono solidario para los migrantes, apoyo alimentario y un programa de empleo masivo, aún no está vigente para los que continúan llegando.
La iniciativa establece apoyo en áreas como salud, acompañamiento psicológico y social, asistencia legal, reunificación familiar y la creación de refugios y albergues temporales.
Según cifras oficiales, alrededor de 1.8 millones de hondureños, entre residentes legales e indocumentados viven en Estados Unidos, y 261,651 tienen orden de deportación, aunque no están bajo resguardo de las autoridades estadounidenses.
Recibidos con amor
En medio del dolor silencioso por volver sin nada y con los sueños rotos, las hermanas escalabrinianas a cargo del CAMR son esa mano amiga que recibe a los retornados con más que enseres básicos para su duro recomienzo.
La hermana Idalina Bordignon junto a su equipo, el que se combina con personal de migración, seguridad y Registro Nacional de las Personas, da esa primera bienvenida a los hondureños que muchas veces no saben ni a dónde ir ni qué hacer.
“Aquí el migrante recibe una comida, atención médica, atención psicológica, está el Registro Nacional de las Personas, está Migración, está Acnur.
El gobierno les paga el pasaje para que lleguen a sus casas. Dinero en la mano hasta este momento no se les da porque muchos migrantes vienen mal psicológicamente y emocionalmente y gastan el dinero antes de subirse al bus”, expresó.
Validó los esfuerzos del Estado para ayudar a estas personas que vuelven, muchas veces, con más problemas que con los que se fueron. De parte del sector privado, Gustavo Solórzano, gerente de asesoría legal del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), considera que la única manera de frenar la migración irregular es generando empleos, y en este momento no existen fuentes de empleo para poder frenar ese fenómeno que continuará siendo un problema social.