En julio de 2024, el periódico español La Razón ha dejado en evidencia su vergonzoso papel en la campaña de lavado de imagen del régimen de Guinea Ecuatorial, un país bajo una de las dictaduras más longevas, corruptas y represivas del planeta. Desde una portada a bombo y platillo dedicada al presidente Teodoro Obiang Nguema, quien ostenta el triste récord de ser el mandatario más longevo del mundo, hasta artículos que celebran la biodiversidad y el potencial turístico de la nación, La Razón no deja espacio para la objetividad ni la crítica. Su descarado apoyo al régimen se culmina con la organización de una mesa de análisis y debate, a principios de esta semana, cuyo único propósito parece haber sido blanquear la imagen de un dictador cuyo gobierno es sinónimo de violencia, represión y corrupción. Entre los temas de la mesa, se incluyen clichés como “Guinea Ecuatorial, un país por descubrir” y “Guinea Ecuatorial, la naturaleza en su esplendor”, que no son más que cortinas de humo para ocultar la realidad de un país sumido en la tiranía.
La mesa de análisis organizada por La Razón estuvo compuesta por una plétora de aduladores, españoles y guineoecuatorianos, dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de complacer a Teodoro Obiang como lo hace Lucas Nguema Esono Mbang, apodado “el Santo Espía”, un personaje cuyo único mérito parece ser su total sumisión al dictador. Ninguno de los ponentes se atrevió a mencionar las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, la corrupción rampante, el nepotismo o los crímenes de Estado perpetrados por el régimen. En cambio, todos cantaban la misma canción, defendiendo un sistema que ha sumido a Guinea Ecuatorial en la miseria mientras llena los bolsillos de la familia presidencial.
Uno de los participantes más indignantes fue Arantxa Bartolomé Madiba, una joven hispanoguineoecuatoriana de poco más de 36 años que, en la mesa de aduladores, se autoproclamó “experta en Guinea Ecuatorial”. Sin embargo, ocultó su vínculo con el bufete Ilende & Partners S.L., propiedad de Jennifer Riveiro Ilende, miss Guinea Ecuatorial 2012 y una de las principales encargadas del blanqueamiento del régimen de Obiang en España. Otro de los ponentes, Jesús Fonseca, ex director de la Agencia EFE en Guinea Ecuatorial, llevó la adulación a niveles grotescos. Su discurso, más propio de un portavoz del régimen que de un periodista, no dudó en calificar a Obiang Nguema como un líder ejemplar, asegurando que Guinea Ecuatorial era uno de los países más seguros del mundo, donde los empresarios españoles se sentirían como en casa. Negó las evidentes violaciones de derechos humanos, los saqueos de las arcas del Estado y la corrupción estructural, defendiendo un régimen que, según él, ha “evolucionado” y ha sabido “levantar a su pueblo” mientras construía “autopistas estupendas” y “buenos edificios”. El cinismo no tiene límites.
El refrán “por dinero, baila el perro” nunca se ha ajustado tanto a la realidad de estos periodistas que dicen ser especialistas en África y que se han convertido en meros instrumentos de propaganda al servicio de un dictador sangriento, vendiendo su dignidad a cambio de favores, acceso o dinero. No ha sorprendido a nadie que, en los últimos meses, un puñado de periodistas españoles, como Jesus Fonseca o empresarios de medios de comunicación como Jesús Suso Teixidor, se hayan sumado al coro de aduladores del régimen de Obiang.
Como ex delegado de la Agencia EFE en Guinea Ecuatorial, Jesus Fonseca no dudó en calificar el país como “un ejemplo para otros regímenes africanos”, ignorando completamente la represión política, los asesinatos selectivos y las torturas sistemáticas que ocurren bajo el gobierno de Obiang. Como era de esperar, también defendió la gestión del petróleo como un modelo de eficiencia, argumentando que los fondos no se habían malgastado, sino que se habían invertido en “autopistas estupendas” y “edificios buenos”, una narrativa que no resiste el más mínimo escrutinio.
Además, no podemos olvidar el origen de muchos de los beneficiarios del régimen: la ciudad de Mongomo, feudo político del dictador, donde la familia de Obiang ha acumulado poder y riqueza, mientras el pueblo sufre las consecuencias de un sistema que no hace más que perpetuar la tiranía y la corrupción. El nepotismo y el tráfico de influencias en esta región son flagrantes, y la impunidad con la que los “hijos de Mongomo” roban a manos llenas es una de las piedras angulares del régimen. Sin embargo, Jesus Fonseca negó la existencia de saqueos de las arcas del Estado por parte de los oriundos de Mongomo, feudo político del dictador.
De acuerdo con las palabras de Jesus Fonseca, “Guinea Ecuatorial tiene mucha seguridad y tiene un régimen de lo más presentable del continente africano… Yo podría ahora citar 7 u 8 regímenes de África absolutamente impresentables, que Guinea es un ejemplo para ellos. O sea, que tampoco es otra gamelandia eso de que el régimen es régimen; nada de régimen. Es un régimen africano que está en una situación de bastante tolerancia y que no anda matando a la gente ni cometiendo atrocidades. Es un régimen que ha ido evolucionando y Teodoro Obiang Nguema, pues bueno, lleva muchos años en el poder y, naturalmente, cuando se está tanto tiempo en el poder se cometen aciertos y desaciertos, pero ha sabido hacer lo más importante: levantar a su pueblo y construir”. En cuanto a la gestión de los ingresos procedentes del petróleo, Fonseca también negó cualquier malgaste de los fondos. “Naturalmente que ha habido un ingreso importante que es el petróleo, pero se podría haber malgastado, se podrían haber hecho cosas absurdas, como otros regímenes, y dedicado al enriquecimiento ilícito de la tribu de Mongomo, y no. El dinero se ha utilizado para hacer unas autopistas estupendas, buenos edificios, y para que aquello realmente tenga un cierto progreso y sea un país muy vividero”. Es especialmente repugnante ver cómo estos periodistas y medios de comunicación no sólo ignoran este aspecto fundamental del sistema, sino que lo defienden sin el menor atisbo de vergüenza |
La Razón no es, lamentablemente, el único medio español que ha cedido ante el régimen de Teodoro Obiang. En 2014, el diario El Mundo también participó en esta farsa, publicando 32 páginas de propaganda en favor del dictador, donde se destacaban sus supuestas bondades y su “predilección por España”. No sorprende que tanto El Mundo como La Razón sean dos de los medios españoles más críticos con el gobierno venezolano, a pesar de que, en su trato con Guinea Ecuatorial, no muestran el mismo nivel de indignación ante las flagrantes violaciones de derechos humanos y las prácticas dictatoriales. La hipocresía es evidente y el doble rasero no puede ser más claro: se critican ciertos gobiernos autoritarios mientras se guarda un silencio cómplice ante los crímenes de una dictadura que sigue en el poder gracias a la complicidad internacional.
Avante Comunicación S.L.: La cara oculta de la propaganda del régimen de Obiang
Es imposible no ver que las publicaciones y eventos organizados por el diario La Razón no son producto de una mera casualidad ni de un interés periodístico imparcial. Lejos de ser una coincidencia, parece haber una alianza tácita con el régimen de Teodoro Obiang. El enfoque insosteniblemente positivo que el periódico da a Guinea Ecuatorial, sin mencionar su opresiva realidad política, sugiere un acuerdo oculto que podría involucrar campañas publicitarias orquestadas por el propio régimen para suavizar su imagen internacional, tal vez como parte de un plan para preparar el ascenso de Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del dictador.
El 29 de octubre de 2024, Madrid fue escenario del I Foro Guinea Ecuatorial – España, un evento que buscaba atraer inversiones españolas al país, sin hacer referencia alguna a la brutal represión que caracteriza al régimen de Obiang. Bajo la presunta mediación de Jennifer Riveiro Ilende, el foro contó con la presencia de destacados miembros del régimen guineano, como la Secretaria de Estado de Turismo y miembro de la Fundación Constancia Mangue Nsue Okomo. Lo que no se menciona es que estos eventos son simples operativos de propaganda, diseñados para ocultar la opresión sistemática que sufre el pueblo guineano.
Detrás de este foro y campañas mediáticas se encuentra KBCF Consultores SL, una empresa española recién creada con un capital social ridículo de 3.000 euros, con la clara intención de servir como fachada para estas operaciones de relaciones públicas. Fundada en marzo de 2024, la empresa tiene como administradores solidarios a Jesús Suso Teixidor y Silvia Andreia Carvalho Da Costa, y se presenta como una “consultora vanguardista”, aunque su página web incompleta y desordenada revela que fue constituida a la prisa. Además, KBCF Consultores SL pertenece a una red de empresas como WWY Consultores Asociados SL, cuyos administradores solidarios son Jesús Antonio Rodríguez Álvarez y Silvia Andreia Carvalho Da Costa.
Pero la operación no termina allí. En septiembre de 2024, se da un nuevo paso con la creación de Avante Guinea Ecuatorial, una filial de Avante Comunicación S.L., cuyo administrador único es Jesús Suso Teixidor. Esta filial guineoecuatoriana, está dirigida por Sharon O. Bindang, hija de Mariola Obiang Bindang, una de las figuras más poderosas del régimen de Obiang. Ahora bien, Avante Comunicación S.L. es conocida por sus vínculos con el sector público español, incluido un contrato de 4 millones de euros adjudicado por Turisme Comunitat Valenciana en 2021, para la planificación y compra de medios de comunicación para campañas de publicidad turística internacional, lo que refuerza la noción de que la empresa no solo se dedica a la publicidad, sino a lavar la imagen del régimen de Obiang a nivel internacional.
Este círculo de empresas, foros y eventos mediáticos no es otra cosa que una operación de blanqueo del régimen de Obiang, diseñada para presentar a Guinea Ecuatorial como un destino turístico y una oportunidad de inversión, mientras se oculta el rostro de una dictadura despiadada. La Razón, al ser partícipe de estas campañas, no solo se aleja de la imparcialidad periodística, sino que se convierte en un cómplice activo de la propaganda dictatorial. Al hacerlo, el periódico se convierte en un instrumento de desinformación, alimentando la narrativa falsa de un régimen que oprime a su pueblo, mientras se presenta como una democracia funcional y próspera.
Este tipo de prácticas mediáticas no sólo es moralmente repugnante, sino una traición a la función esencial del periodismo, que debería ser la de exponer la verdad sin distorsionarla en favor de intereses económicos o políticos. La Razón y sus colaboradores están contribuyendo activamente a la legitimación de un régimen criminal, despojando a las víctimas de la dictadura de su derecho a ser escuchadas.