En el barrio Comuneros II, ubicado en el corazón de la comuna 13, en el oriente de Cali, la violencia era el pan de cada día entre sus habitantes. Tan solo transitar por alguna calle controlada por alguna pandilla rival era motivo para ser asesinado (fronteras invisibles).
Este tipo de situaciones tenían sumergido al barrio en una espiral de muertes, miedo y zozobra, que incluso, lo convirtieron en uno de los más peligrosos de la capital del Valle del Cauca.
Una de las particularidades de este sector es que era habitado por muchos jóvenes, algunos de ellos, desplazados por la violencia, pero con un talento para el fútbol.
Este aspecto fue lo que vieron los hermanos Carlos y Yesid Diago, quienes cansados del difícil panorama de su barrio, decidieron combatir la violencia, no con armas de fuego ni hechizas, -como era común en el sector- sino con una de sus pasiones: el fútbol comunitario.
En el 2008 se las ingeniaron para conseguir recursos y crear la Liga de Banquitas, que tomó su nombre de la manera popular en la que muchos jóvenes de sectores del oriente caleño jugaban fútbol, donde las porterías eran pequeños arcos o bancas de madera donde muchas personas solían jugar dominó o simplemente descansar, pero se disputaban partidos que despertaban la atención del barrio.
Recuerdan los hermanos Diago, que poner en marcha esta iniciativa fue compleja, debido a que el torneo puso en cancha a muchos de los protagonistas de la violencia del barrio, a enfrentarse con la pelota y no con armas.
Destacan que esta cita deportiva, que se disputa tradicionalmente en la cancha EL Claret, fue un éxito, debido a que la gente ya casi no se reunía tanto para ver a un muerto, sino para presenciar emotivos partidos de fútbol, que a su vez, desplegaron valores como el compañerismo, trabajo en equipo y organización.
“El torneo nació hace más de 15 años, donde el barrio Comuneros II era el ‘más caliente’ y se había dividido como en cinco sectores, donde los pelaos no podían pasar de un lado a otro. Entonces, dijimos que por medio del torneo podíamos unir a los muchachos. Al principio no quisieron, ya después con los amigos recogimos un millón de pesos para el campeón y ahí salieron los 24 equipos. Me acuerdo que el torneo duró seis meses. Ya para el segundo torneo, no fue necesaria la presencia de la Policía. Luego de tres torneos, ya los muchachos eran amigos y ya los equipos eran revueltos entre los mismos pelaos del barrio, entonces se acabó la barrera del barrio Comuneros II”, relató Carlos Diago.
Mantener este tipo de torneos no era una labor fácil, por lo que sus organizadores decidieron vincular a diferentes personalidades del mundo del fútbol y creadores de contenido, para incentivar a los jóvenes del barrio a vincularse a esta práctica deportiva.
“Llevamos 15 años haciéndolo y siempre hemos llevado, gracias a Dios, jugadores profesionales, como ‘El Tino’, Freddy Rincón, Faryd Mondragón, Mayer Candelo y a influencers como El Negro Está Claro y Polibamba. Ahora el torneo ya cuenta con premios más atractivos, como 10 millones de pesos al campeón”, indicó Diago.
La dinámica
Según explicó el exsecretario del Deporte y la Recreación de Cali, el torneo se disputa dos veces al año: uno, de enero a junio, y el segundo, de julio a diciembre. En promedio participan 20 equipos, que juegan un todos contra todos, luego cuartos de final, octavos, semifinal y final.
También destacó que más allá de lo sanador y deportivo del torneo, también contribuye a movilizar la economía del barrio, debido a que se impulsan más las ventas de fritangas, cholados, aguas, entre otros productos.
En la edición más reciente, realizada el pasado 29 de diciembre, el equipo El Combo de Viveros se coronó campeón al vencer 2-1 a Los Montes. Además del prestigio, los equipos ganadores recibieron premios económicos significativos:
Primer lugar: $ 10.000.000
Segundo lugar: $ 3.000.000
Tercer lugar: $ 2.000.000
También se entregaron premios especiales: $ 1.000.000 para el equipo con la valla menos vencida y otro millón para el goleador del torneo.