De Herediano me cansé. Quizás demasiado pronto. En los últimos años, le aposté como favorito en al menos dos o tres ocasiones, participando en el tradicional sondeo de La Nación, que reúne antes de cada torneo el criterio de más de 50 periodistas deportivos de diversos medios.
Fallé. Así lo evidencian el tetracampeonato del Saprissa y un rápido vistazo a los últimos cinco certámenes: con los ingredientes necesarios para ser campeón, el cuadro rojiamarillo se quedó tres veces en semifinales, perdió una final de segunda fase y cayó en una Gran Final.
Tan poco tino en los pronósticos me motivó a cambiar de “caballo” para el presente Apertura 2024. Decidí abandonar a un Herediano que, no obstante, sigue teniendo la receta necesaria para optar por el título. Pese a su inestabilidad en el banquillo, sus altibajos en la temporada, sus figuras que brillan y desaparecen y vuelven a brillar a lo largo del campeonato, Herediano siempre será candidato en la fase final, amén de un equipo menos vulnerable a la bajas, o al menos más robusto que Alajuelense y Saprissa, y una motivación y coraje salidos de quién sabe dónde.
Tiene garra
Sus jugadores pelean cada pelota dividida como si fuera la última. Su nivel de intensidad ha superado, por momentos, al de rojinegros y morados. Cualquiera que pretenda vencerlo debe, al menos, igualar esa agresividad, un factor que marca diferencia cuando las capacidades de ambos equipos están equiparadas.
Tiene orden táctico
Cuando decide esperar en defensa, deja pocos flancos descubiertos. Es capaz de anular los extremos de un cuadro como Alajuelense, vertiginoso con figuras como Canhoto y Diego Campos, o de bloquear, en táctica fija, a un especialista como Saprissa.
Tiene maña
Herediano sabe sacar de quicio al rival. Sabe frustrarlo con la pérdida de tiempo, teniendo a Anthony Walker como su principal peón. Sabe provocarlo, con Hernán Faerrón con un doctorado en la materia. Sabe desenfocar al técnico contrario, con Jafet Soto como maestro de una dualidad: en la cancha, su mejor ataque es su defensa; en la conferencia de prensa, su mejor defensa es un ataque.
Tiene talento
Una defensa bien plantada no llega lejos sin vías para generar goles propios. Herediano las tiene, sobre todo gracias a individualidades destacadas como Andy Rojas, Elías Aguilar, Allan Cruz y Gerson Torres.
No tiene el favoritismo
Lo de Herediano es llegar trastabillando, ingresar sudando a semifinales y, de repente, asumir el discurso de “el tigre anda suelto”. Con solo dos lideratos en los últimos diez torneos, con menos presión mediática que Alajuelense y Saprissa y algunos baches en las primeras fases, Herediano siempre tiene poco que perder y mucho que arrebatar.
Le apueste o no, la pócima está clara:
Garra + Maña – Favoritismo + Orden táctico + Talento individual = Herediano