Se celebró como un gol en la final de un Mundial de fútbol. Los miles de personas que esperaban los resultados de las elecciones presidenciales en la rambla de Montevideo estallaron en un grito cerrado cuando la pantalla mostró este domingo el primer sondeo a pie urna de la noche. Yasmandú Orsi, el candidato del Frente Amplio, el hombre elegido por el expresidente José Mujica para recuperar el poder para la izquierda, sumaba 49% de los votos, frente al 46,5% de Álvaro Delgado, del Partido Nacional en el Gobierno. El presidente, Luis Lacalle Pou, no espero los resultados oficiales para felicitar el ganador. “Llamé a Yasmandú Orsi para felicitarlo como presidente electo de nuestro país y para ponerme a las órdenes y empezar la transición apenas lo entienda pertinente”, escribió en sus redes sociales.
La izquierda uruguaya regresa al poder tras cinco años de gobierno del Partido Nacional. La derecha y la centroderecha participaron en la segunda vuelta bajo el paraguas de la Coalición Republicana, que además del Nacional sumó al partido Colorado, otra fuerza centenaria, y otras tres agrupaciones, entre ellas la extrema derecha de Cabildo Abierto. Pero no fue suficiente para mantenerse en el Gobierno.
Uruguay detiene así la ola conservadora iniciada en Argentina con Javier Milei y consumada definitivamente en Estados Unidos, con el triunfo de Donald Trump. La democracia de este pequeño país sudamericano es una anomalía en una región atravesada por la crisis de los partidos políticos y una representación menguante. Esta ha sido una campaña a la vieja usanza, con enfrentamientos de baja intensidad y llamados al respeto republicano.
“Es la victoria de un pueblo, un pueblo que se pone rebelde”, dice a EL PAÍS Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio. “Se pensaba que era muy difícil, pero el FA es la fuerza más votada. Esto es el mérito de miles de hombres y mujeres que trabajaron en el territorio, en cada localidad, en cada ciudad, que nos dieron alojamiento en las giras, toda la gente que nos ayudó a hacer este milagro que se llama Frente Amplio”, agrega.
Economía, pobreza, inseguridad
La izquierda vuelve al Gobierno con el compromiso de mantener la estabilidad macroeconómica y mejorar la distribución del ingreso, priorizando la situación del 10% de la población que vive en condiciones de pobreza. Para llevar adelante esa tarea, Orsi designó a Gabriel Oddone, un economista de perfil socialdemócrata que proviene del sector privado y ha sido consultor de numerosos organismos internacionales. Bajo la conducción de Oddone, el FA buscará acelerar el crecimiento de la economía mediante políticas dirigidas a fomentar la inversión y el aumento la productividad. En la última década, el crecimiento económico promedió el 1% anual.
La economía figura entre las principales preocupaciones de los uruguayos, según una clasificación elaborada por la consultora Cifra que está encabezada por la inseguridad pública. Con una tasa de 11,2 homicidios cada 100.000 habitantes, la situación de Uruguay no está entre las más críticas de América Latina, pero duplica el promedio mundial. En 2023, Montevideo concentró el 55% de los 382 homicidios, que ocurrieron sobre todo en los barrios más pobres del noreste de la capital, en parte asociados al incremento del narcotráfico.
El FA se propone dar “respuestas inmediatas” a la pobreza y a la inseguridad a partir de “soluciones ambiciosas y transformadoras”. En esos dos ámbitos críticos plantea reformar el sistema de protección social para atender a la pobreza que afecta al 20% de los menores de 6 años y crear un Sistema Integral de Lucha Contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico.
Mujica y el nuevo Parlamento
Mujica, de 89 años, votó a primera hora de la mañana en una escuela del Cerro, un barrio cercano a la chacra donde vive. Allí habló de sus expectativas en torno al gobierno que viene: “Yo personalmente no tengo nada que esperar, mi futuro más próximo es el cementerio, pero me interesa la suerte de los jóvenes, que cuando tengan mi edad van a vivir en un mundo muy distinto”, expresó. También fue preguntado por la relación con el gobierno de Javier Milei en Argentina. “Hay que tratar de que sea lo mejor posible, pero es difícil”, expresó.
En la próxima legislatura se va a imponer “la necesidad de negociar”, subrayó Mujica, en referencia a la configuración del nuevo Parlamento que iniciará su andadura en 2025. “Para negociar hay que crear un clima”, advirtió. En ese sentido, el FA parte con ventaja en aras de la gobernabilidad porque logró la mayoría en el Senado con 16 bancas. Otra es la situación en Diputados, donde deberá buscar acuerdos para sacar adelante, entre otros proyectos, la ley de presupuesto.
El FA obtuvo 48 bancas en la cámara de representantes, dos menos de la requerida para alcanzar la mayoría absoluta. En este escenario podrá plantearse dialogar por separado con los legisladores de los partidos que hasta ahora integran la coalición gobernante y que, sumados, lograron 49 diputados. De lo contrario, la llave de la mayoría estaría en manos del nuevo integrante del Parlamento: Identidad Soberana, partido antisistema, antivacunas, anti Agenda 2030, que tendrá dos diputados bajo el liderazgo del abogado Gustavo Salle.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.