El rescate del narcosubmarino de unos 20 metros de eslora localizado este miércoles en Costa da Morte se ha quedado en un costoso intento por parte de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo y empresas privadas. La nave se ha ido a pique cuando estaba siendo remolcada hasta el puerto coruñés de Camariñas pese a “la rotura constante de la cadena utilizada en la operación”. Si el semisumergible hallado por un pesquero que faenaba en la zona se partió en dos el primer día, en el segundo ha terminado hundido en el perímetro donde fue abandonado por los narcotraficantes tras una supuesta descarga de cocaína.
El rescate se ha complicado desde los primeros intentos del pesquero para remolcarlo al puerto. Entonces solo quedó flotando la proa, donde se encuentran los depósitos de combustible, pero este jueves, debido a la entrada de agua, esta parte del casco acabó también en el fondo de la ría. “Los movimientos realizados durante la operación provocaron la pérdida de la burbuja de aire que mantenía dicha sección a flote. Esto ocasionó la entrada de agua en el casco, que finalmente se hundió a aproximadamente 500 metros del puerto de Camariñas”, ha señalado la Guardia Civil en un comunicado.
Fuentes del instituto armado han confirmado que las labores de rescate se han suspendido porque, explican, la proa que estaba a flote y los posibles restos de combustible que pudiera albergar en sus depósitos ya no representan un peligro para la navegación. La operación ha requerido la intervención de buzos y varios equipos especializados de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. Las tareas de retirada del casco han quedado también canceladas debido a la entrada de un temporal en las próximas horas en esa zona.
Mientras tanto, agentes antidroga del instituto armado siguen desplegados en la zona realizando labores de investigación, con el objetivo avanzar en las indagaciones relacionadas con este supuesto alijo del que los narcos no han dejado más rastro.
Fuentes de la investigación dan por hecho que parten de cero para llegar a los integrantes del grupo de transportistas que realizaron el desembarco de un cargamento estimado en al menos 3.000 kilos de cocaína. La policía no había sido alertada de esta operación, por lo que los narcos lograron coronar la descarga sin levantar sospechas durante la madrugada del miércoles.