El G-7 busca una posición única sobre la orden de detención contra Netanyahu de la Corte Penal Internacional
Los ministros de Exteriores del G7, el grupo de siete democracias más industrializadas del mundo, busca en una nueva cumbre en Italia una posición “única” sobre la orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, entre divisiones. El ministro anfitrión, Antonio Tajani, había planteado a sus socios del G7 el análisis de la orden de detención del CPI, mientras su Gobierno, presidido por la ultraderechista Giorgia Meloni, ha cuestionado el fallo y no ha garantizado que lo cumpliría.
“He sostenido que era necesario tener una posición única sobre la decisión de la CPI, hemos hablado de ello, veremos si podremos tener en el comunicado final una parte dedicada a esto”, se limitó a explicar Tajani en un encuentro con la prensa. Por el momento, aseguró que los mediadores del G7 “trabajan para encontrar un acuerdo” y redactar “un texto que permita tener una posición única”.
Los ministros de Exteriores del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se reúnen hasta mañana en las localidades italianas de Fiuggi y Anagni (centro), en la segunda cumbre de este tipo, tras la de Capri en abril, durante este año bajo la presidencia rotatoria de Roma. Tajani había avanzado su voluntad de plantear a sus aliados un análisis de la orden de arresto contra Netanyahu, su exministro de Defensa, Yoav Gallant, y un alto cargo de Hamás considerado su jefe militar, Mohammed Deif, que se cree muerto en el conflicto.
La coalición de Gobierno italiano ha manifestado posiciones discordantes sobre un eventual acatamiento de la sentencia: la primera ministra Meloni se ha limitado a decir que primero debe leer las motivaciones del fallo mientras el vicepresidente Matteo Salvini ha asegurado que Netanyahu sería “bienvenido” en el país. El grupo de potencias, por su parte, mantiene también importantes divisiones al respecto. Estados Unidos, que no forma parte del CPI, rechazan el fallo, mientras que otros países como Reino Unido ha avanzado que lo acatarían.