Ucrania desafía la versión oficial sobre las causas del accidente del vuelo J2-8243 de Azerbaiyan Airlines este miércoles en Kazajistán y asegura que fue derribado por las defensas antiaéreas rusas. La hipótesis que está cobrando más fuerza es que un misil ruso impactó contra el avión cuando Moscú trataba de repeler un ataque de drones ucranios sobre Grozni, la capital de la república rusa de Chechenia. Hasta cuatro fuentes consultadas por Reuters que conocen los detalles de la investigación avalan esta teoría.
Las aerolíneas azerbaiyanas y la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia aseguraron el miércoles que el avión, que cubría la ruta entre Bakú (Azerbaiyán), y Grozni, “chocó con una bandada de pájaros”. Tras ese incidente, el capitán decidió hacer un aterrizaje de emergencia en Aktau (Kazajistán), según esa versión, a unos 420 kilómetros al este de Grozni, en la orilla opuesta del mar Caspio. Murieron 38 de los 67 ocupantes.
El jefe del Centro de Lucha contra la Desinformación del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andri Kovalenko, ha señalado sin dudar que el culpable es Rusia. “La explosión de un misil de defensa aérea dañó el avión y desactivó sus sistemas”, escribió en redes sociales el miércoles sin mencionar, pero sin rechazar, que estos estaban repeliendo un ataque con drones procedente de Ucrania. Este jueves ha insistido en esta teoría y ha añadido: “Los agujeros en el fuselaje del avión durante el vuelo no son causados por pájaros. Los pasajeros lo grabaron claramente en vídeo”.
Una de las fuentes consultadas por la agencia Reuters, con conocimientos de la investigación que está llevando a cabo Azerbaiyán, aseguró que los resultados preliminares muestran que el avión fue alcanzado por un sistema ruso de defensa antiaérea Pantsir-S. Los sistemas de guerra electrónica que se emplean para neutralizar a los drones bloquearon las comunicaciones de la aeronave cuando se aproximaba a Grozni. Información pública de rastreadores de vuelos confirman que el avión perdió la señal del GPS durante su vuelo en el sur de Rusia.
“Nadie afirma que se hiciera a propósito. Sin embargo, teniendo en cuenta los hechos establecidos, Bakú espera que la parte rusa confiese el derribo del avión azerbaiyano”, afirmó la fuente. Otras tres personas consultadas por la agencia avalaron esas afirmaciones.
Desde que se produjo el accidente han circulado vídeos grabados dentro y fuera del Embraer 190 que los expertos en aviación se han afanado en analizar. Sus conclusiones, tras observar agujeros en el exterior del avión, en zona de la cola, y en el interior, en chalecos salvavidas, es que fueron producidos por impacto de un misil antiaéreo con metralla. El relato de pasajeros del vuelo también apunta a que se produjo una explosión exterior. En grabaciones hechas antes de que el avión se estrellase se ve que las máscaras de oxígeno se activaron y los pasajeros llevaban puestos los chalecos de emergencia. Tomas registradas tras el impacto muestran a personas ensangrentadas y a pasajeros heridos saliendo de los restos del aparato.
Jamzat Kadirov, secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia y sobrino de Ramzán Kadirov, máximo dirigente de Chechenia, confirmó el ataque con drones sobre Grozni el miércoles por la mañana, así como la actividad de los antiaéreos rusos para tratar de neutralizarlos: “Todo lo que volaba fue derribado”, afirmó, también en redes sociales.
“Rusia debería haber cerrado el espacio aéreo sobre Grozni, pero no lo hizo. Los rusos dañaron el avión y lo enviaron a Kazajistán en lugar de permitir un aterrizaje de emergencia en Grozni para salvar vidas”, ha dicho Kovalenko, que acusa al Kremlin de tratar de ocultar lo sucedido. “Rusia hará todo lo posible por ocultar su propia culpabilidad en la catástrofe aérea y la pérdida de vidas humanas”.
Moscú rechaza hacer comentarios
Moscú por ahora se remite a las investigaciones en marcha. Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, ha sorteado la pregunta sobre la teoría del impacto de un misil ruso: “Sería un error formular hipótesis antes de las conclusiones de la investigación. Nosotros, por supuesto, no lo haremos y nadie debería hacerlo”, ha afirmado en su rueda de prensa diaria. En un primer momento, las agencias oficiales rusas informaron de que el vuelo no pudo aterrizar en Grozni por la niebla, y después añadieron la supuesta colisión con los pájaros.
El vice primer ministro de Kazajistán, Kanat Bozumbayev, también ha pedido contención hasta que concluya la investigación. Especialistas del Comité Interestatal de Aviación, el organismo que investiga accidentes aéreos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) —un grupo de antiguas repúblicas soviéticas capitaneadas por Rusia—, llegarán a Kazajistán este viernes.
Al equipo se unirán representantes de Embraer, el fabricante aeronáutico brasileño responsable de la nave, junto con miembros de las Fuerzas Aéreas de este país, según informó el vice primer ministro. La portavoz de la OTAN, Farah Dakhlalla, ha pedido una investigación “exhaustiva” sobre el siniestro.
Algunos canales rusos están llegando a la misma conclusión que Ucrania y los investigadores. El canal de Telegram VChK-OGPU, con más de un millón de suscriptores, publica extractos de la conversación entre la tripulación del avión y el encargado de operaciones de vuelo de Grozni. Según se desprende del diálogo, la aeronave fue víctima de los inhibidores de drones que estaban en funcionamiento por el ataque ucranio. Cuando empezó el descenso para el aterrizaje, el GPS dejó de funcionar y se perdió el contacto. “El piloto no pudo aterrizar el avión en esas condiciones y decidió volar a Bakú. Cuando empezó a dar la vuelta, se produjo una explosión cerca; todo indica que el avión fue alcanzado por sistemas de defensa antiaérea”, publica ese canal.
Yuri Podolyaka, un conocido bloguero ruso experto en defensa, también afirmó en un post en Telegram que el avión probablemente había sido “derribado accidentalmente por un sistema de defensa aérea”. Igual que el canal Fighterbomber, que compartió unos de los vídeo que circulan sobre el siniestro y opinó que era poco probable que un impacto de pájaro hubiera perforado el fuselaje.
La empresa de seguridad aérea Osprey Flight Solutions señaló en una nota a sus clientes que las imágenes de los restos y las circunstancias en torno al espacio aéreo en el suroeste de Rusia indicaban la posibilidad de que el avión hubiera sido alcanzado por algún tipo de fuego antiaéreo. La zona de Grozni ha sido objetivo en las últimas semanas del lanzamiento de drones ucranios, interceptados por las defensas rusas. El miércoles, el Ministerio de Defensa ruso informó de que había neutralizado 59 drones ucranios en varias regiones.
En julio de 2014, un vuelo de Malaysia Airlines con 298 ocupantes a bordo fue derribado en el este de Ucrania, mientras cubría la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur. Una investigación internacional concluyó que fue derribado por un misil tierra-aire Buk suministrado por Rusia a los separatistas prorrusos de Donbás, al confundir el avión con un objetivo militar.