Tesla acelera en Bolsa con la arrolladora victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Su jefe y primer accionista, Elon Musk, se ha volcado de lleno en la campaña del presidente electo y se le percibe como uno de los grandes beneficiarios de su victoria en las urnas. Tiene algo de paradójico, porque hasta no hace mucho Trump ridiculizaba los coches eléctricos y es un ferviente partidario de las energías fósiles. Aun así, un entorno regulatorio más amigable puede ayudar a Musk a sacar adelante sus proyectos. La compañía ha superado este viernes el billón de dólares de valor en Bolsa, algo que no conseguía desde 2022.
Musk ha sido uno de los protagonistas inesperados de la campaña de las presidenciales de Estados Unidos. Ya en mayo se supo que Trump contaba con él para su equipo si este ganaba las elecciones. Más adelante, el propio candidato confirmó que le encargaría una reforma “drástica” de la Administración si resultaba elegido. Incluso en la junta de accionistas de Tesla de junio, Musk habló de su relación con el republicano, y de cómo le llamaba a veces. “Me llama sin motivo. No sé por qué, pero lo hace”, dijo.
Su implicación, sin embargo, no había hecho más que empezar. El magnate nacido en Sudáfrica donó en el tercer trimestre 75 millones de dólares a una organización creada por él mismo, America PAC, para impulsar la campaña de Trump, aunque luego la cuenta superó los 120 millones. Pidió abiertamente el voto para Trump tras el intento de asesinato en Butler (Pensilvania). En ese mismo lugar participó por primera vez en un mitin junto a él a un mes de las elecciones y se sumó sin rubor a sus bulos.
Musk continuó después haciendo campaña en solitario con unos mítines inclasificables en los que se mezclaba la política con los viajes a Marte. En uno de ellos se sacó de la chistera unos supuestos sorteos de un millón de dólares para votantes registrados que desataron polémica. El Departamento de Justicia le advirtió de que podían ser ilegales, pero hizo oídos sordos. El fiscal de Filadelfia presentó una demanda para pararlos sin éxito y los abogados de Musk reconocieron entonces que en realidad no eran al azar, sino que se elegía a los ganadores.
Fue tan activo en la búsqueda del voto para Trump y en la propagación de bulos que hasta el presidente, Joe Biden, se refirió a su supuesta condición temporal de inmigrante ilegal cuando era estudiante y se pudo a trabajar sin visa para ello. Musk siguió haciendo campaña con Trump, incluido el mitin del Madison Square Garden, y acompañó al republicano en la fiesta de celebración de su victoria electoral.
La comisión de eficiencia del gasto público que aspira a liderar tiene como objetivo evitar el exceso de regulaciones. Eso puede favorecerle tanto en el desarrollo de sus coches autónomos (donde ha tenido choques con las autoridades actuales) como en el lanzamiento de sus cohetes. De alguna forma, puede convertirse en el regulador ―o desregulador― de los reguladores. Mientras, sus compañías seguirán teniendo jugosos contratos con el Estado.
Medidas regulatorias
El tirón bursátil por la victoria de Trump se suma al que ya dio Tesla, también en plena campaña, tras presentar los resultados del tercer trimestre, que superaron las expectativas. En la propia conferencia con analistas habló de lo que haría con su cargo si el republicano ganaba las elecciones. Entre otras cosas, dejó claro que se favorecerá a sí mismo creando una vía más sencilla para la aprobación federal de los vehículos autónomos en lugar de las complicadas normativas estatales que existen ahora. “Una aprobación nacional es importante. Es parte de la eficiencia del Gobierno, voy a tratar de ayudar a que se mueva. Y será para todos, no solo Tesla” indicó entonces.
“Tesla y su CEO Elon Musk son quizás los mayores ganadores del resultado electoral, y creemos que la victoria de Trump ayudará a acelerar la aprobación regulatoria de la tecnología de conducción autónoma de la compañía”, dijo a Reuters Garrett Nelson, analista senior de renta variable de CFRA Research.
Tesla ya se disparó al día siguiente de las elecciones, pero ha seguido subiendo con fuerza. En los últimos cinco días se ha revalorizado un 33%, incluida una subida cercana al 9% este mismo viernes, en que ha llegado a marcar un máximo de 324,90 dólares por título. En el último año, las acciones suben un 46%, gracias sobre todo al reciente tirón. Elon Musk posee el 135 del capital, valorado en unos 130.000 millones de dólares. En una semana, su fortuna ha aumentado en unos 30.000 millones solo por esa vía. Su compañía de cohetes, SpaceX, no cotiza, pero si lo hiciese a buen seguro también se habría disparado.
La compañía de coches eléctricos superó por primera vez el billón de dólares de capitalización bursátil en octubre de 2021, pero luego sus acciones llegaron a caer con fuerza por el aumento de la competencia en el segmento. Las políticas proteccionistas de Trump también pueden ayudarle a defender su alta cuota de mercado en Estados Unidos.
Tesla no es la única que ha tenido un gran viernes bursátil. Truth Social, la red social del presidente electo, también se ha disparado en Bolsa después de que Trump tuitease que no piensa vender acciones de la compañía, de la que es el principal accionista. Curiosamente, es el único mensaje que ha escrito en su red social desde que ganó las elecciones. “Existen rumores y/o declaraciones falsas, falsas y probablemente ilegales, realizadas por, quizás, manipuladores del mercado o vendedores en corto, de que estoy interesado en vender acciones de Truth. ESOS RUMORES O DECLARACIONES SON FALSOS. ¡NO TENGO INTENCIÓN DE VENDER!”, ha escrito, pidiendo que se investigue a quienes “han desencadenado estos falsos rumores o declaraciones”. Las acciones de Trump Media & Technology Group, que es como se llama la empresa, se han disparado más de un 15%.