La Fiscalía de Venezuela reconoció por primera vez este viernes que tiene detenido desde el 8 de diciembre pasado al gendarme argentino Nahuel Gallo, de 33 años, y que le investiga por supuestos delitos de terrorismo. El fiscal general, Tarek William Saab, dijo en un comunicado que Gallo intentó ingresar irregularmente a Venezuela “ocultando su verdadero plan criminal bajo el ropaje de una visita sentimental”. Agregó que el argentino está investigado “por su vinculación a un grupo de personas” que, “con apoyo de grupos de la ultraderecha internacional”, planeaban “ejecutar una serie de acciones desestabilizadoras y terroristas”.
A principios de esta semana, la Justicia argentina había exigido al Gobierno de Venezuela que informara “de modo inmediato” el paradero del gendarme, así como “los motivos de su detención y a disposición de qué autoridad judicial competente se encuentra”. La información dada por el Ministerio Público no precisa donde está detenido Gallo, pese a las quejas presentadas por Argentina, que insiste en que el suboficial solo viajó a Venezuela por cuestiones familiares. La captura de Gallo deterioró aún más las relaciones entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Javier Milei. La presentación del fiscal general apunta a una supuesta complicidad de la Casa Rosada con el gendarme. “Las declaraciones y acciones realizadas por el gobierno argentino, utilizando a los familiares del procesado, dejan clara la complicidad de las autoridades de esa Nación en los planes subversivos que buscan atacar por cualquier vía al Estado venezolano y a sus instituciones legítimas”.
El anuncio desde Caracas coincidió con una reunión programada en Buenos Aires de autoridades argentinas con la madre del gendarme, Griselda Heredia, y otros familiares. En una rueda de prensa conjunta, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, y el canciller, Gerardo Werthein, acusaron al Gobierno venezolano de “mentir” sobra las circunstancias de la detención de Gallo. La carta de la fiscalía permitió, al menos, confirmar que Gallo está “bajo proceso judicial”, dijo Werthein. El gendarme pasó de estar desaparecido durante casi 20 días a ser un detenido “bajo proceso judicial”. Pero las acusaciones de terrorismo, agregó el canciller argentino, “son una gran mentira sobre una persona de familia, joven, que trabaja en Gendarmería [policía militar]. Lo demás es un invento horrible”.
Gallo estaba de vacaciones y viajó a Venezuela para visitar a su esposa, María Gómez, una periodista deportiva de nacionalidad venezolana, y a su hija, de dos años. La pareja vive en la provincia argentina de Mendoza, donde Gallo está asignado en el paso fronterizo con Chile, pero la mujer regresó hace siete meses a Caracas para cuidar de su madre. Gallo tomó un vuelo de la aerolínea Copa desde Santiago hasta Bogotá y desde allí se dirigió por tierra hacia Cúcuta, donde ingresó a Venezuela por el puente internacional el 8 de diciembre. Su intención era llegar hasta el aeropuerto de Táchira para volar luego hacia la capital venezolana, pero fue interceptado por la policía venezolana, que lo retuvo acusándolo de espionaje.
El Gobierno argentino presentó esta semana documentos que prueban que Gallo había realizado los trámites migratorios que Venezuela exige para ingresar al país y pagado las tasas correspondientes. “Queremos que Nahuel sea devuelto a la argentina de manera inmediata. No podemos ni vamos a aceptar que Gallo es un terrorista, él es un ciudadano que fue como papá, no fue como gendarme”, dijo Bullrich.
La semana pasada, el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, número dos del chavismo, había adelantado las acusaciones de terrorismo contra Gallo desde su programa de televisión y acusó a Bullrich de fascista. “Aquí en Venezuela hay una justicia, unas autoridades, soberanía e independencia. El que viene a conspirar que asuma su responsabilidad”, dijo Cabello. El Gobierno de Maduro ha endurecido su política de persecución y en los últimos meses extranjeros que visitan al país han sido objeto de detenciones arbitrarias bajo el argumento de ser espías y estar involucrados en conspiraciones. La ONG Foro Penal denunció que estos momentos están presos bajo esa modalidad, además del gendarme argentino, ocho estadounidenses, cuatro colombianos, tres ecuatorianos, dos españoles y ciudadanos provenientes de Guyana, México, Perú y Uruguay.
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