El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha vetado este lunes un proyecto de ley que habría creado decenas de nuevos puestos para jueces en los tribunales federales, una medida que había recibido la ‘luz verde’ del Senado, que durante esta legislatura ha estado controlado por los demócratas.
Biden considera que se trata de una “apresurada acción” que “no resuelve cuestiones clave de la legislación, especialmente en relación con la forma en que se asignan los nuevos puestos de jueces”. “Ni la Cámara de Representantes ni el Senado exploraron a fondo cómo el trabajo de los jueces de alto rango y los magistrados afecta la necesidad de nuevos puestos de jueces”, reza el comunicado.
En este sentido, según indica la Casa Blanca, el mandatario ha sostenido que “la administración eficiente y eficaz de la justicia requiere que se estudien más a fondo estas cuestiones sobre la necesidad y la asignación de puestos y se respondan antes de crear puestos que son permanentes y vitalicios”.
“La (ley) crearía nuevos puestos de jueces en estados en los que los senadores han intentado mantener vacantes judiciales existentes. Esos esfuerzos por mantener vacantes indican que las preocupaciones sobre la economía judicial y la carga de trabajo no son la verdadera fuerza motivadora detrás de la aprobación de este proyecto de ley ahora”, ha argumentado.
El Senado, controlado por los demócratas, aprobó la medida por unanimidad en agosto, pero la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos, la llevó al pleno después de que Donald Trump fuera reelegido para un segundo mandato, lo que ha sido interpretado como una maniobra política.
El proyecto de ley se desarrolló después de que jueces de todo el espectro ideológico advirtieran de que la falta de personal había creado una importante acumulación de casos. El fracaso del apoyo a esta medida que abordaba el déficit judicial muestra la polarización del ambiente político en torno al poder judicial.