Para los ambateños esta es una Navidad fuera de lo común y aunque la crisis ha marcado este año 2024, tienen la esperanza de que todo mejore.
Los apagones, la delincuencia, el incremento de las muertes violentas, la falta de empleo, entre otros son los problemas que, según la población, son los que más los han aquejado este año.
A pesar de ello, la esperanza de que los días mejoren está latente entre la población ambateña, que cree que esa es la única manera de “no desmayar en el intento”.
TOME NOTA De los últimos siete años, 2024 ha sido el más violento.
Opiniones
Julio Santamaría, funcionario público, comenta que si bien es cierto él cuenta con un trabajo seguro “y por eso le doy gracias a Dios, no es menos cierto que la crisis también llegó a mi casa y mi hijo adolescente tuvo que entrar a tratamiento porque tuvo un episodio de ansiedad que nos dejó preocupados a todos, estar en medio de gente que lo presiona para que tome los caminos equivocados es difícil”.
A pesar de eso asegura que en esta época no le queda más que aferrarse a las cosas buenas, de lo contrario “no podría seguir adelante”.
Siempre hay que tener esperanza, aunque este año ha sido difícil vamos a darle con todo hasta el último día para no sentirnos derrotados”.
Grace Dávila, 39 años
Para Samanta Villegas hay que trabajar hasta el final y “ponerle ganas a la vida porque no tenemos más opciones”.
Es el mismo sentimiento de Ángel Ocampo, quien espera que la seguridad mejore en el país ya que eso “le dará tranquilidad a la población y así ir poco a poco mejorando las condiciones para que haya más empleo”.
La situación es cada día más dura y pesada, no sabemos siquiera si esta Navidad llegará con trabajo que es lo que esperamos”.
Mar Rodríguez, 74 años
Una mirada diferente
No todos albergan la misma esperanza, pues la sensación de angustia es más fuerte en Javier Vélez, quien este año perdió su trabajo y ahora hace algunos “cachuelos” independientes, como técnico informático, para mantener a su esposa e hijo.
“Inclusive, como mi papi me enseñó algo de gasfitería salgo a ver si aquí, en la esquina del mercado Modelo, consigo trabajo, aunque sea por un día. Mi hijo no espera la comida”, agregó el joven de 27 años.
Esta es una época para aferrarnos a las cosas buenas, esperemos que sobre todo esta Navidad y los meses que vienen lleguen con más seguridad”.
Ángel Ocampo, 54 años
A sus 74 años Mar Rodríguez recorre las calles de Ambato vendiendo jarras plásticas entre otros enceres y con la mirada triste asegura que hay días en los que no vende nada.
Con casi 30 años siendo comerciante informal recuerda que aunque no es la peor crisis que ha tenido el país, sí es de las que más le ha pesado porque las fuerzas ya no son las mismas.
La situación es personal, es como cada uno de nosotros toma la vida, pero no podemos negar que la situación del país influye mucho, por eso la vibra no es la misma que años anteriores”.
Daniel Paucar, 23 años
Análisis
La psicóloga Emilia Jurado cree que este año se ha roto, con más fuerza, el romanticismo de la Navidad, por lo que el sentimiento de esperanza para días mejores no son iguales a los de antes.
Comenta que el vivir en medio de un panorama lleno de violencia hace que las personas sientan más fuerte y más de cerca las pérdidas, aunque estas sean ajenas.
Precisamente, cree que es indispensable que en este ambiente de incertidumbre y oscuridad surja el mensaje entrañable y misericordioso de lo que implica la Navidad, desde cualquier concepción, que implica el nacimiento de algo nuevo, de algo mejor. (NVP)
Solo pido llegar con salud, eso es lo más importante, de nada sirve tener dineros y anhelos si no contamos con ese recurso para poder seguir adelante”.
Gladys Borja, 60 años.