Corresponsal de CLARIDAD
La Habana, Cuba-La región oriental de Cuba intenta hoy recuperarse tras el paso del devastador Huracán Melissa, el más poderoso en tocar tierra en esa zona del país en la historia reciente y que dejó más de 45,000 viviendas destruidas, según datos oficiales.
Melissa, que tocó tierra en la provincia de Santiago de Cuba como categoría 3 el pasado 29 de octubre, impactó con fuerza también las provincias de Granma, Guantánamo, Las Tunas y Holguín, dejando a su paso más 120,000 personas protegidas en centros de evacuación y provocando serias afectaciones a la infraestructura crítica.
Aunque las acciones previsoras de las autoridades cubanas logró evitar la pérdida de vidas durante el paso del huracán –más de 735,000 personas habían sido movilizadas hacia refugios o áreas seguras antes de la llegada del huracán–, las fuertes lluvias dejadas por el ciclón han provocado inundaciones sin precedentes en varias localidades, lo que ha dejado incomunicadas a comunidades enteras.
Uno de los grandes problemas que ha debido enfrentar el oriente cubano son las escorrentías y las crecidas de los ríos que han afectado a miles de viviendas y zonas agrícolas. En la provincia de Holguín, por ejemplo, el desbordamiento del río Sagua provocó niveles de agua sin precedentes en algunos barrios.
En Las Tunas y Granma se han visto casas sumergidas parcialmente y comunidades aisladas cuyos miembros han debido ser rescatados en vehículos anfibios o en helicópteros de las Fuerzas Armadas cubanas.
Las autoridades cubanas, encabezadas por el presidente Miguel Díaz‑Canel, declararon que no se escatimarán recursos para atender la emergencia y que “nadie quedará atrás”. El despliegue ha incluido fuerzas del ejército y maquinaria pesada para despejar carreteras bloqueadas, rescatar personas atrapadas y comenzar la fase inicial de saneamiento.
Las líneas eléctricas y de telecomunicaciones quedaron severamente afectadas. Gran parte del oriente cubano quedó sin electricidad, sin servicio telefónico o internet, lo que dificulta la coordinación de la ayuda y la comunicación entre comunidades. Además, carreteras bloqueadas y puentes comprometidos también forman parte del panorama post-huracán, lo que complica el acceso a zonas remotas.
FLUYE LA AYUDA HUMANITARIA
Tan pronto como al día siguiente tras el paso del Huracán Melissa, varios países comenzaron a enviar ayuda humanitaria a Cuba. Entre ellos, Colombia y Venezuela, los primeros en responder a la catástrofe en el oriente cubano.
Asimismo, desde varias localidades en el interior de Cuba la ciudadanía se movilizaba para habilitar centros de acogida para las personas desplazadas y organizar el envío de alimentos de emergencia, medicinas y agua potable.
Para Cuba, que enfrenta una delicada situación económica desde hace varios años, los daños causados por Melissa suponen un reto más en un intento por restablecer la normalidad de la situación en el país.
La rehabilitación de viviendas, la relocalización de quienes perdieron sus hogares, la restauración de los servicios básicos (como electricidad, agua potable, comunicaciones y transporte) y las pérdidas en el sector de la agricultura, entre otros renglones, serán ahora la prioridad del estado cubano, afectado ya por las sanciones y las políticas de asfixia económicas de Estados Unidos contra la isla.
De momento, Cuba continúa las labores de recuperación y protección de la población en las zonas afectadas, al tiempo que coordina la llegada de nueva ayuda humanitaria internacional.
